La mano invisible inteligente

Una de las teorías más revolucionarias en el campo de la economía fue la de “la mano invisible” formulada por Adam Smith para describir cómo la economía tiene la capacidad de autorregularse de manera autónoma como si tratase de una mano invisible que distribuye el flujo del dinero de un lado a otro creando así un equilibrio que evita el estancamiento del capital.
Esto podemos verlo reflejado en la bolsa de valores con acciones cíclicas. Ya que existen temporadas donde la industria de la ropa de invierno no venderá tanto, por lo que no generarán empleos hasta que sea invierno, pero ese dinero que se deja de gastar en la compra de materia prima para fabricar ropa abrigada puede ser utilizado para hacer reparaciones en el negocio o ampliar sus franquicias, dando así trabajo a la industria de construcción. Como ven, el flujo del dinero no se detiene sino que fluye a otros sectores.
Ahora, en pleno 2022 nos podemos dar cuenta que la aplicación de inteligencia artificial comienza a tomar fuerza en nuestro día a día y paulatinamente está realizando tareas para nosotros cada vez más sofisticadas en cualquier industria que nos imaginemos, como lo hace Unity (NYSE:U) para el desarrollo de videojuegos con personajes que aprenden mecánicas automáticamente, estos tienen una alianza con NVIDIA (NYSE:NVDA), la cual utiliza el deep learning para la fabricación de chips en vehículos de la Ford (NYSE:F) para reconocer el espacio que ocupan y los peligros que deben,. o bancos como Bank of America Corp (NYSE: BAC) que están implementando soluciones de inteligencia artificial y el aprendizaje automático para mejorar considerablemente sus sistemas de prevención y detección de fraudes.
No sería una locura pensar que dentro de unos años las decisiones en materia económica mundial puedan ser tomadas por una inteligencia artificial interconectada a nivel global que recolecta datos de bancos internacionales como Goldman Sachs (NYSE:GS). Y es que tan solo observar el panorama actual, con la mayoría de las potencias mundial con una inflación cercana de doble dígitos, congelamiento en la cadena de suministros, subida del desempleo, pobreza extrema cada vez mayor, salarios cada vez más bajos y la imposibilidad de adquirir siquiera un préstamo para una hipoteca, son claras muestras de que algo no se está haciendo bien o no se están tomando las medidas correctas.
¿Qué diferencia podría marcar una IA en todo esto?
Lo primero es comprender el concepto básico de economía que explica que en un mercado siempre habrá un ganador y un perdedor. Por lo que imaginar un mundo que distribuye las riquezas al 100% de forma equilibrada es una utopía. El secreto aquí estaría en que una IA tomaría aquellas decisiones difíciles que los humanos no podemos realizar objetivamente por diversos motivos; ya sea por miedo, intereses personales o políticos. Una IA va velar por tomar la mejor decisión que beneficie al mayor número de personas posibles donde el escenario más óptimo sea el objetivo sin ser parcializado.
Ahorrandonos así las reuniones semanales que se hacen en congresos mundiales que a final de cuenta no terminan llegando a ninguna solución o son soluciones ineficientes que terminan generando más problemas y prolongando los procesos de gestión en materia global. La IA pudiese tomar decisiones que tendrían el mejor resultado para el beneficio de la mayoría, donde al final habrá sido la solución más óptima para el momento basándose en todas las variables de información que se le suministre. Esto se puede lograr con la suficiente acumulación de datos por países.
Ahora imaginemos que podamos alimentar una IA con toda la información de cada país; con datos de todas las industrias como bienes raíces, tecnología, alimentos, empleo, estudios, salud, manufactura, inflación, emisión monetaria, logística, datos de pequeñas y medianas empresas, entre otras. Al final tendríamos un algoritmo o robot, como los que crea la empresa UiPath (NYSE:PATH) para la automatización robótica de procesos, que tendrá la autonomía para decidir por nosotros cuál sería el mejor momento para comprar algún producto de un país dependiendo de la temporada o como una inversión colectiva podría ayudar a un país emergente a mejorar su economía e impactar de forma positiva en un escenario mundial.
Hablemos ahora de BlackRock Inc (NYSE: BLK), donde emplean una IA llamada “Aladdin” que ejecuta un algoritmo para invertir en bolsa donde prioriza la disminución del riesgo pero un retorno casi garantizado. BlackRock aprovecha su posición como fondo de inversiones que tiene participaciones mayoritarias en cualquier empresa triple A que nos podamos imaginar. Por lo que la recolección de datos es algo sencillo para ellos y esto es lo que alimenta su IA. Aladdin funciona tan bien que el propio gobierno de EE.UU invierte en ellos.
Lo más complicado del uso de esta clase de tecnología, es conseguir credibilidad. Recordemos que Long Term Management Capital, un Hedge Fund de los años 90, intentó usar un programa con un algoritmo similar, pero terminó fracasando. Sin embargo, Aladdin tiene la diferencia de tener 1 trillón de dólares bajo gestión en activos, brindando así muchísimos más datos que los disponibles en aquella época. En simples palabras, lo que hace este software es aplicar el método de “Monte Carlos”, donde proyecta la mayor cantidad de escenarios posibles para tomar una decisión en base al escenario más probable. De esta forma puede realizar inversiones o rebalancear un portafolio según la situación de la empresa o económica lo amerite.
Hoy en día gracias al uso de la tecnología blockchain hemos avanzado mucho en el procesamiento y la validación de datos, algo que emplea a diario Coinbase (NYSE:COIN). De esta forma, una vez que los datos sean recopilados, pueden pasar por una cadena de bloques pública donde fácilmente pueden ser auditados por miles de personas en tiempo real para proveer más transparencia y así evitar algún tipo de manipulación o alteración de los datos; reduciendo en sí las instancias donde la codicia del hombre se apodera.
La conexión entre los mercados es algo que sin lugar a duda aliviaría muchos problemas a nivel mundial. Existe un dicho en economía que dice “Donde no entran los barcos, entran las balas” para referirse que la buenas relaciones económicas entre países puede generar ventajas para ambos al trabajar juntos en simbiosis.
Como ven, sería una mano invisible inteligente, que si bien interviene en el mercado para favorecer a uno o varios países en un determinado momento, sus decisiones ayudaría a aumentar la eficiencia de los mercados globales garantizando mayor prosperidad y crecimiento económico al brindar más estabilidad, transparencia y una toma de decisiones libre del sesgo humano.

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